lunes, 27 de agosto de 2007

Los sonidos de las letras


Según Vigotsky, la Zona de Desarrollo Próximo es la distancia que hay entre el nivel de desarrollo real de los niños y su desarrollo potencial bajo el apoyo de un adulto. Por otro lado, entendemos por conciencia fonológica la toma de conciencia de los componentes fonémicos del lenguaje oral y la adquisición de diversos procesos que se pueden realizar sobre el lenguaje oral.
Bajo la distinción expuesta, ¿se podría considerar la conciencia fonológica como una Zona de Desarrollo Próximo para el aprendizaje de la lectura?
Por supuesto que sí. Numerosas investigaciones han comprobado que la instrucción fonológica es significativa sobre la lectura y la escritura, enfatizando tanto la decodificación como la comprensión lectora. En este sentido, las diferencias en la instrucción fonológica que hayan tenido los niños, no se perciben sólo en la lectura inicial, sino que se extienden hasta cuarto grado.
En un comienzo, las destrezas fonológicas de segmentar, integrar y segmentar-integrar fonemas sobre la lectura, tienen una relación causal con el aprendizaje de la lectura. Sin embargo, avanzada la edad del niño, se produce una relación recíproca entre el aprendizaje de la lectura y los procesos fonológicos.
Los pasos a seguir al momento de desarrollar la conciencia fonológica para enseñar a leer son: entrenar la conciencia fonológica a nivel del fonema (ritmo, segmentación, categorización de sonidos e identificación), trabajo en el aislamiento de fonemas y trabajar la representación de la estructura interna de las sílabas. De esta forma se logra un mayor de desarrollo de las habilidades fonológicas, obteniendo un mejor nivel lector en primer año.
Lo que se ha expuesto anteriormente se refiere al desarrollo de habilidades fonológicas para potenciar el aprendizaje de la lectura, pero ¿cómo evaluamos dichas habilidades? Existen muchas tareas para realizar la evaluación. Entre ellas está: la duración acústica, la identificación de palabras, el reconocimiento de unidades, las rimas, la clasificación de palabras, la combinación de unidades, el aislamiento de unidades, contar unidades, descomponer en unidades, añadir unidades, sustituir unidades, suprimir unidades, especificar la unidad suprimida, invertir unidades y escritura inventada. Todas estas tareas varían al momento de evaluar, ya que interfieren distintos factores dentro de cada tarea. Por otra parte, cabe decir que las tareas tienen distintos niveles de complejidad, lo que indica una secuencia evolutiva al momento de evaluar.
En conclusión, la activación de los procesos fonológicos en la enseñanza preescolar desempeña un papel impulsador de la decodificación, ya que compromete a los niños en el dominio de los componentes fónicos del lenguaje oral y facilita su asociación con la escritura.

lunes, 20 de agosto de 2007

¿Cómo aprendemos a leer?


En nuestra vida cotidiana estamos rodeados de letras, palabras, oraciones y textos que tienen un significado. ¿Por qué no tomar en cuenta la experiencia que tienen los niños con esos símbolos al momento de comenzar la enseñanza formal de la lectura? Erróneamente se cree que los niños aprenden a leer en Primero Básico. Según esta consideración, los niños no serían capaces de interpretar los símbolos con los que viven y experimentan cotidianamente, y por otra parte, la educación preescolar dejaría de lado el proceso de enseñanza de la lectura.
Claramente, esta postura está equivocada, ya que numerosas investigaciones prueban que los alumnos traen infinitas experiencias con el medio que son la base para el aprendizaje de la lectura. Por otra parte, muestran también que una estrategia de aprendizaje que sólo se centra en el primer ciclo básico es insuficiente, ya que el trabajo en programas preescolares es determinante para el aprendizaje lector del primer año básico, siendo a la vez decisivo para el resto de la etapa escolar básica.
Tomando en cuenta la rica experiencia que traen los alumnos acerca de lo impreso, según expone Paz Baeza en uno de sus textos, "la alfabetización inicial es un proceso mediante el cual el niño construye los conceptos sobre las funciones de los símbolos (letras y números) y del material impreso. Este conocimiento está basado en las experiencias lingüísticas significativas facilitadas por interacciones con adultos y con el medio."
Toda la experiencia que trae el alumno y el contacto permanente que éste tiene
con lo impreso, nos conduce a reflexionar acerca de la continuidad de este proceso. No existe por tanto un momento determinado para comenzar la enseñanza de la escritura, y tampoco un momento en que se termina. Empieza con el nacimento y cada vez se va perfeccionando y adquiriendo niveles progresivamente más complejos. Lamentablemente esta progresión se ve interrumpida por el paso del preescolar a la educación escolar. No existe una continuidad entre ambos proyectos. Por esta razón, Luis Bravo propone integrar la educación pre-escolar con Primero Básico realizando programas de contenidos en conjunto.

Para llevar a cabo los aspectos mencionados anteriormente y lograr en los alumnos una exitosa alfabetización inicial, el educador debe involucrar a los alumnos en la lectura y en la escritura desde el primer día de clases, debe crear un ambiente textualizado, que el lenguaje escrito sea una parte funcional e importante del aula e involucrar a los niños en juegos y actividades en los cuales el lenguaje escrito funcione para lograr determinados objetivos.
Reflexionando, queda claro que es fundamental que los alumnos se involucren e interactúen con lo impreso, en un ambiente contextualizado. De esa manera lograrán una adecuada alfabetización, logrando también un excelente rendimiento en toda la educación escolar.

Bobliografía:
Baeza, Paz, "¿Qué se entiende hoy por alfabetización inicial?"
Bravo, Luis, "La alfabetización incial: un factor clave del rendimiento lector"